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MAFALDA SE QUEDA HUÉRFANA

Mi querido Quino:

No sé muy bien qué es quedarse huérfana porque es la primera vez que me pasa pero desde el miércoles 30 de Septiembre, me han escrito millones de personas para decirme que no estoy sola.

Estoy muy contenta porque parece que por fin vamos por el buen camino hacia la paz mundial, ¿no crees? Si tantas personas me escriben y todas están agradecidas por lo que a través de mí, de mi familia y amigos les has dado, será que mis sueños de peque, se van a ver cumplidos.

Me diste voz a través de la curiosidad, la inteligencia, el insustituible sentido del humor para reflexionar, entre otras cosas, sobre política, guerras, armas nucleares, la pobreza, el feminismo, la imprescindible cultura o los amigos Quino, aún sigo viendo a Susanita, ¿te lo puedes creer?

Se casó, sí, sí y cuando te diga con quién. Con Felipe mi querido Quino, se casó con Felipe. Ella alcanzó sus sueños. Y con Felipe…

Me fui pronto de casa. Me entraron las prisas después de irme de voluntariado los primeros veranos de bachillerato. Mi madre no entendía nada de mis inquietudes pero logré reconciliarme con sus elecciones de vida. No las comparto pero al menos, ya no la critico.

Lo sorprendente es que después de tantos años, pocas cosas han cambiado. Las mujeres hacemos más ruido, vamos tomándonos los espacios y lugares que no nos han dado y nos hemos dejado quitar. Queda camino y muchas ganas de andarlo.

Me encanta saber que fuiste tú el que hace tantos años y siempre a través de mis ojos fisgones, me hizo ver que el lugar de las mujeres no está necesariamente en la cocina o con la maternidad.

Sigo leyendo compulsivamente los periódicos. Todos los que puedo y en las noches me dejo acompañar por la radio. Mi necesidad de estar informada no ha cambiado nada y esto, como todo, te lo debo a ti.

Prefiero vivir sabiendo que en las sombras del no saber y no entender.

Hay algo que quiero decirte ya y que te va a sorprender mucho, muchísimo, hay una sopa que tolero. No me gusta pero la sobrellevo, ¿me estaré haciendo mayor Quino?

La jodía sopa la hace mi pareja y pone tanto mimo y tantos ingredientes que me gustan que al menos una vez al mes, me tomo un cuenco pequeño. Sí, lo sé, no me digas nada, a mí también me cuesta creer que lo haga.

No sabía que eras tan conocido y que te querían tanto ni que yo recibiría tantas solicitudes de amistad en Facebook o tantos mensajes a través de Twitter. Voy a tener que contratar a un community manager para que me las gestione. :)) No doy abasto para contestar. Te quieren, te quiero, tu legado es espléndido.

Ya sé que fuimos populares, que tus tiras cómicas gustaban pero lo que he vivido estos días, es un baño de ofrendas y condolencias que me han llenado de amor y esperanza Quino, lo necesitaba, a veces, me da la sensación que nada cambia…

No sabía que te había echado tanto de menos estos años hasta que recibí la  noticia de tu pérdida.

El coronavirus nos ha dado con la mano abierta a lo largo del año más raro y convulso de mi vida. Cada día es un día más pero también es un día menos para: ¿La vacuna? ¿La estupidez? ¿La intolerancia? ¿La solidaridad? ¿La empatía? ¿La del “sálvese quien pueda”? Me muevo entre la perplejidad y el cabreo.

Quino, Quino, cuantas reflexiones y sonrisas hemos provocado, incluso alguna carcajada. ¿No es precioso haber vivido juntos como iba creciendo contigo? Como tantas personas se desarrollaban con nosotros. ¡Es tan emocionante!

No trabajo en Naciones Unidas pero hablo varios idiomas y sí, sigo escuchando a los Beatles, me encantan y cuando busco ese ratito para estar conmigo, me como un par de panqueques. A partir de ahora, lo haré pensando en ti y en tu herencia.

Y me fugué al extranjero, con mi cerebro. Vivo en Europa pero retorno a nuestra Argentina varias veces al año. Veo a casi toda la pandilla y a mi familia que siguen todos allí. La próxima vez que vaya Quino, ya no estarás con nosotros, no sé muy bien cómo transitaré en este incierto y maravilloso mundo sin ti.

Al menos conocí a Barack Obama. Me llené de ilusiones y esperanzas. Asistí a un momento histórico y único. Te eché de menos Quino, no sabía seguir sin todo lo que hay dentro de tu lápiz.

Ya no vivo cabeza abajo, me conozco más a mí misma, el mundo no se ha parado para que me baje, tengo una tirita para ponerme en alguna parte del agujero enorme que has dejado en mi alma, sigo sin saber que quiere decir guau (y mira que he preguntado a gente que tiene perros), mis cabellos no están despeinados sino que tienen libertad de expresión, que hay muchas bocas abiertas en mentes cerradas pero mi querido y entrañable Quino:

Lo ideal sería tener el corazón en la cabeza y el cerebro en el pecho. Así pensaríamos con amor y amaríamos con sabiduría.

Gracias, gracias, gracias y mil millones de veces gracias.

Tuya.

Siempre.

Mafalda.

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2 comentarios en «MAFALDA SE QUEDA HUÉRFANA»

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