De los aproximadamente 60.000 pensamientos que tenemos al día, ¿Cuántos pensamientos son okupas?
Esos pensamientos repetitivos, cansinos, pegajosos, igual que el día anterior, la semana pasada, el mes de Febrero…
Un porcentaje altísimo de nuestros pensamientos, alrededor del 75% vienen de días anteriores, preocupaciones muchas veces catastrofistas que no llegan a suceder.
Estos pensamientos intrusivos son perturbadores, obsesivos, inútiles, disfuncionales, ocupando tanto tiempo y energía de nuestras vidas que terminamos perdiéndonos lo único que tenemos siempre, el presente.
Hace años que los renombré como pensamientos okupas porque el verbo okupar significa la acción de vivir o usar de otro modo inmuebles sin el consentimiento de su propietario.
Y no, no tienen permiso del propietario para inundarlo todo, hacer que la vida gire alrededor de estos pensamientos, meterse en todas las habitaciones de la casa que es la psique.
¿Qué podemos hacer con los pensamientos okupas?
¿Cómo te cuidas y no te descuidas con ellos?
La mayoría de nosotros, buscamos tranquilidad mental, emocional, ese bienestar que hace que la cabeza pare.
También es cierto que muchas personas antes de hacer un striptease emocional y ver qué está pasando con esos pensamientos okupas, intentan anestesiarlos sin mucho éxito la mayoría de las veces.
Porque son difíciles de sacar.
Complicados de parar.
Y vuelven una y otra vez.
Dando por saco.
Llenándolo todo.
Y normales, a todos en mayor o menor medida, nos asaltan.
No dejándote descansar. Impidiendo que te calmes y creando cuadros ansiosos que conllevan sufrimiento.
A veces, dan una tregua, te das cuenta, no te lo crees, lo celebras y como la canción del verano, la atraes y a canturrearla de nuevo (con el consiguiente cabreo, ¿verdad?).
Son como esas aplicaciones del móvil que están en segundo plano, esa mosca que no consigues que salga por la ventana, esa bruma en la cabeza, ese árbol que te impide ver el bosque.
Vamos a ver qué podemos hacer muchas cosas con los pensamientos rumiantes.
A mí, como me molestan, pues los trabajo y te invito a que hagas lo mismo si te incordian.
No hace falta tener el control absoluto de todo (y no se puede), sino que, además, no es necesario.
Y los pensamientos obsesivos, involuntarios, tienen que ver con el control, con esa necesidad y esa fantasía de pretender tener todo verificado, inspeccionado y controlado.
Surgen también de ese malestar que nos crea la incertidumbre como si pudiéramos escapar de las enfermedades, las decisiones, el envejecimiento o el malhumor de tu jefe.
En PensarT apostamos por el pensamiento crítico, pero sin obsesionarnos, sin agobios, sin respuestas muchas veces satisfactorias, aguantando las esperas de no saber, trabajando en el autoconocimiento y el desarrollo personal.
¿Entrenamos cómo desvincularnos de estos pensamientos?
Eso sí, como todo entrenamiento, conlleva tiempo. Desapegarte de los pensamientos okupas no se hace en un ratito.
Hay muchos ejercicios para trabajarlos. Empecemos por este que además implica algo más que usar tu mente…
Luego me cuentas cómo te ha ido.
Coge un folio, tu tableta, ordenador, cuaderno y dibuja por ejemplo cuatro nubes. No es importante la calidad artística, luego verás para qué sirve esta práctica.
Ahora elige 3 ó 4 pensamientos okupas, de los que llevan contigo un tiempo. Pueden ser referidos a ti, a una situación, a algo que crees que piensa otra persona, lo que sea y descríbelos dentro de cada nube.
Te pongo ejemplos. “No valgo para nada”. “Estoy todo el día triste”. “Siempre estoy nervioso”. “Seguro que ya no me quiere”. “No puedo con mi vida” (de las favoritas de los jóvenes). “No consigo quitarme a mi ex de la cabeza”. “Voy a coger el coronavirus y me voy a morir”. “Nunca voy a aprobar el examen de conducir”. “Siempre estoy enfadado”.
Ahora que has terminado de escribirlos, obsérvalos como si fueran nubes.
Deja que se vayan disolviendo. Las nubes cambian de forma, desaparecen, son iguales que nuestros pensamientos.
Intenta no identificarte con ellos, no apegarte ni aferrarte, sólo observar cómo se van diluyendo.
Es un ejercicio sencillo, efectivo que no requiere mucho tiempo y nos ayuda a tomar perspectiva sobre esos pensamientos okupas, rumiantes, indeseados, recurrentes, obsesivos y repetitivos.
Invertir en entrenar nuestro bienestar emocional debería ser obligatorio, ¿no crees? Pues empieza con estas “sentadillas” por ejemplo.
Otra manera de dar salida a estos pensamientos además de hacer ejercicio físico, mindfulness, yoga…, es dedicar unos minutos al día sólo a pensar en esto que te obsesiona.
Es un recurso muy utilizado. Te das permiso para darle espacio durante unos minutos al día, no más de quince, al okupa o okupas de la psique.
Intenta incluir esta práctica en tu agenda procurando que sea a la misma hora y en el mismo sitio, así sabrás en qué momento del día te podrás ventilar emocionalmente.
Si te ayuda, escribe, graba tus comentarios o reflexiones, habla en voz alta, no sólo en el silencio de tu mente, pasea mientras lo haces, lo que necesites. Eso sí, cuando hayan pasado los minutos y suene la alarma…
¡¡Hasta mañana pensamientos okupas!!
Resto del día, muy presente, con mucha voluntad de estar en lo que estés haciendo, llevando tu atención al aquí y ahora.
Si después de unos días practicando, no notas ninguna mejoría, sigues en ese bucle del que no consigues salir, busca ayuda profesional.
A veces, un espejo te ayudará a entender cómo se originaron, porque se quedan contigo, qué los enquista y cómo poner en marcha estrategias que te permitan pensar y pensarT de una forma más saludable.
Uy! Qué buena idea lo de escribir estos pensamientos. Yo trabajo en este aspecto todos los días, y si, se puede! Es maravilloso ver cómo podemos regularnos, descubrir nuevas y poderosas maneras de estar bien con nosotros mismos.
¡Qué bien Alicia qué trabajes en ti y te dediques todos los días un tiempo para trabajar estos pensamientos okupas!
Muchísimas gracias por tu comentario. Seguiremos compartiendo formas de regularnos, conocernos, entendernos y crecer juntos.