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NECESIDAD DEL “NO”, DERECHO AL “SÍ”. CUÁNDO DECIR “BASTA”

¿Qué significa el NO? ¿Por qué es una necesidad? ¿Qué significa el SÍ? ¿Por qué es un derecho? ¿Qué relación existe entre el No y el SÍ? ¿Cuándo el No funciona como un SÍ, y el SÍ como un NO? ¿Cuándo decir BASTA?

Es frecuente encontrarnos con dificultades para decir “NO”. Decir “No” cuesta, y cuesta tanto que esta dificultad puede llevarnos a no decirlo y a renunciar a lo que deseamos, queremos o necesitamos, haciéndonos sentir mal, frustrados y enfadados, con el otro y con nosotros mismos.

Pensar sobre lo que ocurre y nos ocurre cuando no decimos “NO” es fundamental para visibilizarlo y entender así la “Necesidad del “NO”. Cuando no decimos “NO” al otro, o a nosotros mismos, estamos descuidándonos y/o  descuidándole.

Pero no podemos entender del todo la necesidad del “NO” si no lo relacionamos con el derecho al “SÍ”.

Si decir “NO” es negar algo, decir “SI” es afirmarlo. Decir “NO” conlleva un “SÍ”, a la vez que todo “SÍ” conlleva un “NO”. A veces decir “NO” al otro es decirme “SÍ” a mí, y, por lo tanto, decir “SÍ” al otro es decirme “NO” a mí. Al no poder decir “NO” al otro cuando nos pide algo que no podemos, significa que el coste y el déficit lo vamos a pagar nosotros.

El “SÍ” y el “NO” forman parte de un binomio inseparable.

Decirme un “SÍ” a mí, significa que a veces tenemos que decir un “NO” al otro, o a una situación específica. La necesidad del “NO” implica por tanto el derecho al “SÍ”, a la vez que la necesidad del “SÍ” implica el derecho al “NO”.

 Pongamos un ejemplo. Tengo que hacer algo importante y estoy con el tiempo justo y me llama una amiga para hablar conmigo y contarme sus preocupaciones. Si no le digo que no puedo en ese momento significa que tengo que postergar mis obligaciones y no voy a poder terminar a tiempo eso tan importante que tengo que hacer. Por no poder decirle “NO” a mi amiga, le digo “SÍ”, y, por lo tanto me estoy diciendo un “NO” a mí, descuidándome y pagando un precio por ello.

A veces el derecho y la necesidad del “SÍ” y del “NO” se mezclan y confunden, al igual que el significado del “SÍ” y del “NO”.

Intentemos entender un poco más esto. Aunque el “NO” es negación y el “SÍ” afirmación, a veces se intercambian los significados y el “NO” funciona como un “SÍ” y el “SÍ” como un “NO”.

Cuando no le decimos a alguien “no hagas esto”, estamos diciendo que “si haga eso otro”, y viceversa. Si le decimos que “haga esto” le estamos diciendo que “no haga eso otro”.

Veamos un ejemplo. Si mi madre me llama siempre los lunes al trabajo y no le digo  que “NO” me llame, le estoy diciendo implícitamente que puede llamarme en cualquier momento y cuando quiera, independientemente de donde esté yo y en qué circunstancias esté.

Lo mismo puede ocurrir con el “SÍ”, que puede conllevar una actitud de complacencia y sumisión.

Pero tanto el “NO” como el “SÍ” no sólo funcionan como negación o afirmación, sino que también tienen la función de actuar como límites. Los límites son necesarios ya que todo límite tiene la función de cuidado y protección al estar en relación directa con lo que necesitamos o se necesita. Los límites no son algo arbitrario, sino que son necesarios para crear un espacio seguro, y de protección para atender a nuestras necesidades. Traspasarlos implica por tanto descuido y desprotección. Si somos nosotros quienes traspasamos nuestros propios límites significa descuidar nuestras necesidades.

Nos sirve de reflexión la escena de la película del Planeta de los Simios de 2011. En esta escena un humano está atacando y pegando a Cesar, quién harto pronuncia su primera palabra en forma de grito desgarrador. Esta palabra en “NO”. Es  un “NO” que le lleva a colocarse como sujeto, y por lo tanto dueño de si, y no como un objeto al servicio de un amo que le ordena y al que se somete. Se inicia así el proceso de autoafirmación y de conciencia de sí.

Os pongo un enlace en YouTube por si queréis verlo.

Y esto nos lleva inevitablemente a cuando decir BASTA.

Decir “BASTA” no es fácil, pero es necesario y saludable. Nos puede ayudar a sentirnos libres y evita asumir responsabilidades que benefician solo a otros y que no son nuestras. Pero solemos llegar al “BASTA”  de forma explosiva por exceso de aguante y acumulación de infinitos “NO”  que no dijimos en el momento oportuno.

Decir BASTA no es romper con todo, sino poner límites antes de que lleguemos a no poder más. Decir BASTA es decir “hasta aquí”, como Cesar ante su agresor. Es un basta que nos ayuda a ser más libres y dueños de nosotros, pero no está exento de malestares y de culpas. Decir BASTA significa que debemos asumir las consecuencias de esta decisión y entender la importancia de poner límites firmes porque ya no se puede más. Decir BASTA es decir un “NO” con mayúsculas y que contiene a todos los “NO” no dichos. Pero como hemos dicho antes, suele ser un “BASTA” explosivo, por lo que debemos decirlo antes de llegar a nuestro límite. Si decimos los “NO” en su momento, antes de llegar al límite evitaremos la explosión al no acumular costes y, por lo tanto, descuidaremos menos  nuestras necesidades.

Para ello debemos reflexionar sobre cuándo debemos decir “NO” o “SÍ”, por qué, y a quién o a qué, para poder decirlo cuando sea necesario y a quién sea necesario y evitar así un coste alto por no hacerlo. Pero ello requiere aprender de estrategias sanas que nos ayuden a gestionar y reducir los costos que el cambio conlleva.

En otros post iremos viendo las dificultades para poder decir “NO”, y como podemos ir desarrollando nuestras capacidades para hacerlo, hablaremos de los distintos significados del “NO”, y reflexionaremos sobre el “BASTA”

Para terminar, me gustaría que os paraseis un momento a pensar a quién decís “NO” y a quien decir “SI”, sobre todo en las situaciones en las que os cuesta decirlo.

Nos vemos en el siguiente post.

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2 comentarios en «NECESIDAD DEL “NO”, DERECHO AL “SÍ”. CUÁNDO DECIR “BASTA”»

  1. Enhorabuena por el artículo
    Me cuesta decir NO pero al decir SI queriendo decir NO efectivamente nos descuidamos y además ni siquiera percibe nada el que recibe el SI porque no tiene porqué deducir que queríamos decir NO.
    Esto lleva a un constante efecto frustrante y de pérdida de autoconfianza y por ende de autoestima y evidentemente a la necesidad forzosa de decir BASTA ni más ni menos que por llegar al límite físico en muchas ocasiones y de ahí al emocional.

    Gracias por el aprendizaje que conlleva este artículo

    1. Muchas gracias Mónica por tu comentario. A veces lo obvio se nos pasa en el caos de emociones que nos inundan- Es decir, la necesidad de cuidarnos queda relegada por posibles sentimientos de culpa, de miedo, de sobreexigencia. Nos desabastecemos a nosotros mismos sin ser conscientes de ello. De ahí la importancia de reflexionar sobre cuándo debemos decir SI o NO, para no tener que llegar al BASTA explosivo. Esperamos seguir compartiendo contigo.

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