(COINCIDEN EN UN CONGRESO)
En primer lugar, ¡qué aquelarre cuando las hormonas y neuronas coinciden en un congreso!
- Las neuronas son células altamente especializadas muy abundantes en el cerebro que se encargan de transmitir información a través de impulsos eléctricos a otras neuronas y células del cuerpo.
- Las hormonas son las mensajeras químicas del organismo afectando a numerosos procesos corporales con el fin de tener un buen funcionamiento. (Ejemplos: crecimiento y reproducción).
En segundo lugar, las neuronas, calladitas, organizan el evento para mirar qué estrategias son las mejores para el pensamiento.
O de qué recursos dispones para mejorar la memoria.
También estudian cómo analizar la información exterior.
Mientras, las hormonas, tan pichis, a lo suyo.
Que si bailando, que si descansando, que si bebiendo, que si comiendo, que si paseando, que si creciendo…
Las neuronas, venga a hacer sinapsis (zona de transferencia de información de una neurona a otra o de una neurona y una célula muscular o de una neurona y una glándula) para ponerse al día en el congreso.
Las hormonas, de habitación en habitación, saltando balcones, abriendo fuegos, repartiendo por doquier.
Las neuronas sin parar de mandar mensajes.
Mientras, el sistema nervioso, ajeno a esta fiesta.
Desarrollando su papel lo mejor que puede, como sabe, como cree que es más eficaz con la información que le van dando.
Intentando que el conjunto de células que le habitan, cumplan con las misiones de controlar, dirigir y supervisar todas las funciones del organismo en general.
Normal, sin neuronas, no hay sistema nervioso. Sin sistema nervioso, no hay funciones ni estímulos que dirigir, entre otras, para movernos.
Eso sí, de forma consciente y de forma refleja, que si no, el sistema nervioso, no llega.
De esta forma, las hormonas, ni te cuento qué están haciendo, seguro que ya te haces una idea. Son poderosas y lo saben. Sí, acercándose al congreso, algo se huelen.
Llegaron. Las hormonas, se han colado en el congreso de las neuronas. Y se ha montado una orgía llena de desenfreno y bulla.
Las hormonas saben que son las que le dicen al cuerpo como respirar, cómo beber, cómo crecer, cómo repartir la energía (incluida la sexual sí) en cada momento.
Sin embargo, son como la vieja del visillo. Se meten y se enteran de todo lo que pase en el cuerpo. Y encima, deciden. Son lo peor, ¿verdad?
Inmediatamente entraron con poderío, postureo y regocijo. Las neuronas siguieron comunicándose. El sistema nervioso, no daba abasto.
Empieza el lío.
Las hormonas vigorosas miran a las neuronas.
Las neuronas han hecho equipo y están interconectadas.
Las glándulas suprarrenales produciendo hormonas del estrés para llenar un estadio.
La adrenalina y la noradrenalina (epinefrina y norepifrenina), neurotransmisores (sustancias químicas generadas por el organismo cuya misión es transmitir información de una neurona a la siguiente a través de la sinapsis) preparadas para el envite.
La adrenalina, además de ser un neurotransmisor, es una hormona. Se encuentra en un dilema.
Menudo barullo. La adrenalina nos permite estar activados y en alerta en diferentes escenarios reaccionando ante una posible amenaza por ejemplo.
Y aquí, lo había.
Las neuronas estaban de congreso sin avisar a las hormonas.
Y las hormonas, se enfadaron.
Recordemos que son poderosas.
Mandan, mucho, muchísimo en el cuerpo.
Son rápidas, actúan sin piedad y sin pedir permiso.
Las neuronas hicieron lo que pudieron.
Mensajes tipo: “todo está bien, aquí hay sitio”. “¿Hablamos?”
La adrenalina, dividida, buscando soluciones rápidas y eficaces. Sin mucho éxito, al menos, esta vez.
Se rompió el equilibrio. Duró poco el intento de negociación.
La derrota fue humillante. Rompieron el marcador. A la porra el congreso.
Fin. Ya está. Se acabó.
Las hormonas siempre ganan. Repito, siempre.
Alíate con ellas cuanto antes.
Aprende a escucharlas, a verlas venir porque las neuronas, por muchas que haya en el cerebro y en el resto del cuerpo, no tienen mucho que hacer.
No vuelvas a irte a un congreso sin avisar, como te pillen, son capaces de adelantarte o retrasarte la menstruación para fastidiarte.
O dejar que florezca un grano enorme en la punta de la nariz.
Incluso quitarte las ganas de…
Hasta acentuarte un leve dolor.
Son traviesas, bailonas y enérgicas.
Y gastar esa fuerza cuando la necesitas para otras cosas…
Donde hay hormonas, que se aparten las neuronas.
Firmado:
Las hormonas.
¡¡Qué las disfrutes!!
¡Hola Yazmin! ¡Qué bien me hubiera venido un artículo así cuando era adolescente! 🙂 Gracias por tu comentario. Un cordial saludo.