Saltar al contenido

HABITARSE UNO MISMO

El verbo habitar según la RAE es morar, vivir. Ahí es nada. Vivir y morar es igual a habitar, pero cómo será esto de habitarse uno mismo.

Habitarse, habitarse uno mismo, no sé si tengo claro que quiere decir.

Con reflexionar un rato sobre su significado, empiezan las luces y las sombras.

Me pongo en posición de meditación, mi favorita es sentada en un zafú, la del loto.

Inspiro, espiro, dejo que mi respiración esté como está y pongo la idea en el “silencio” de mi mente.

Además de las luces y las sombras, asoman verdades, algunas incómodas, otras no tanto, la mayoría, en este momento, neutras.

Surgen flores. Mmm. Y cardos, oooh. No juzgo, sigo observando.

Insisto. Cambio el verbo. Vivir conmigo. Morar conmigo. Vivir una misma. Morar una misma. No, habitarse una misma.

Y en torrente, un tsunami y una leche con la mano abierta que me estalla en la cara de aceptación. Ahora, con mayúsculas. ACEPTACIÓN.

Pues vaya, no he descubierto nada nuevo. ¿O sí?

¿Te aceptas? ¿Te bendices?

Bendecir significa ”hablar bien”.

¿Te hablas bien? ¿Qué cosas te dices y cómo te las dices?

¿Cómo te cuidas? ¿Cuánto te quieres? ¿Cómo te relacionas contigo?

Preguntas y más preguntas, ¿verdad?

Son tiempos en los que el día a día ha cambiado tanto que hemos perdido la posibilidad de acallar qué es esto de habitarse uno mismo, una misma.

El estado de alarma, los confinamientos, el teletrabajo. Todo esto favorece que nos encontremos con nosotros en algún momento, aunque no queramos.

Habitarse uno mismo no es gozoso ni fácil muchas veces.

Con nuestras historias de vida a cuestas y con pocos espacios para la reflexión, vivimos corriendo, con prisas y sin pararnos para ver y entender qué tenemos a nuestro alcance para autocuidarnos.

Si no lo haces ya, te invito a aprender a estar bien, a saber estar, a cuidar de tu bienestar, con su fulgor y su niebla.

Lo primero que podemos hacer, para empezar a trabajar en la aceptación y habitarse sin mucho alboroto de palomitas en la cabeza, es cuidar el diálogo interno.

Nuestra conversación íntima suele ser demoledora.

Si cuando te levantas y te miras al espejo ya te estás diciendo “va a ser un día espantoso” en vez de decirte algo más agradable, mira en qué lugar te acabas de colocar sin querer.

Y cómo resuelvo todo esto, como habito en mí sin perderme ni castigarme, como sé que me quiero y que me elijo.

Acepta todo aquello que no puedes cambiar. Aunque sea terrible, aunque no te guste. No te en los “no quiero” y en los “tiene que ser así”.

Sal de ahí cuando te des cuenta.

Me gustaría que hiciera más calor. Ya pero no lo hace. ¿Ahora? Me abrigo y sigo.

Quiero que se vaya el coronavirus de las narices. Estoy harta. Ya pero aún sigue aquí. ¿Puedo hacer algo al respecto? ¿Una donación para investigar? ¿Restringir a lo imprescindible mis salidas? Lo hago, si no, me ocupo de otras cosas.

Acepto, no me resigno. Esta realidad no deseada, me cae mal, me abruma y me desborda pero cuando dejo de batallar, de cabrearme, cojo mi mascarilla, mi gel, lavado de manos y sigo.

Son tantos los frentes que abrimos y tan poca vida para aclarar tantas incógnitas, contestar el mayor porcentaje de preguntas, trabajar en nuestra paz y felicidad que lo dejamos pensando siempre que en el futuro estaremos mejor.

Puede que pero también puede que no.

¿Mientras?

Me pierdo el presente, lo único que de verdad tengo.

Escribo en el aquí y ahora, atenta a las teclas, los dedos, la música que tengo de fondo, mis pies en el suelo, el respaldo de la silla…

La presencia en cada idea que plasmo. Una delicia cuando soy, porque esta es la clave, ser.

Y sigo.

Buscamos rituales mágicos porque no podemos soportar muchas veces las incómodas evidencias pensando que así espantamos nuestras carencias.

Y no hay mayor vacío que no querer o no poder ver. Al miedo sólo se le puede hablar de tú a tú, ¿o no? ¿Qué piensas?

A la rabia, en vez de actuarla, pegar el grito, propinar el puñetazo, detente y mira dentro de ti.

Igual te sorprenderá saber que tu cabreo no es con tu pareja o con tu hijo adolescente o con el coronavirus, sino contigo.

Es necesario saber para entender y para eso no queda otro que pisar, la mayoría de las veces, arenas movedizas, páramos y terrenos desconocidos.

El desván puede ser una aventura o dar terror por si hay ratas, humedades o recuerdos enterrados que pueden volver a removerte y perder tu bienestar emocional.

¿Crees qué aquello qué está cubierto y escondido en el baúl ha dejado de hacerte daño?

Bien sabes que no… Se asoma de vez en cuando. Unas veces lo tapas, otros lo niegas, pero ahora, intenta escuchar qué te está diciendo.

Y claro, por el camino, perdemos el control, ese que tanto nos gusta para tranquilizarnos o al menos, eso creemos.

También vamos recogiendo angustias y preocupaciones que no nos pertenecen.

– ¡Coge el chubasquero que va a llover!

Y se va sin paraguas, con la cazadora vaquera cuando antes de llegar al metro ya está diluviando.

Ahí te quedas pensando que podías haber hecho algo para evitarlo.

Entra en acción la culpa. Te aprieta como una constrictor. Te inocula un veneno paralizante, agachas la cabeza, te encoges y esperas sentencia.

No todo depende de ti. Ten en cuenta al otro y reparte la responsabilidad. Tú le dices que se lleve el chubasquero porque va a llover, pero no puedes obligarle a que se lo lleve, ¿verdad?

Reconocer lo que es tuyo y lo que es del otro no es un proceso sencillo. Date tiempo, párate, reflexiona, observa.

Si tardas un tiempo en aprender otro idioma o a conducir, ¿por qué todo lo que tenga que ver con la psique no te lo permites?

Aprende a habitarte. Sólo te tienes a ti todos los días de tu vida, el resto, son sólo pasajeros que se pueden bajar y subir en cualquier estación.

Si aprendes a invertir en ti, el crecimiento personal te va a llevar siempre a más felicidad, comprensión y bienestar.

¿No te parece que merece la pena?

LLÉVATE GRATIS LA GUÍA DE TÉCNICAS DE RELAJACIÓN

¡SUSCRÍBETE!

Aprende a relajarte con 6 sencillas técnicas. Maneja la ansiedad, el estrés y el nerviosismo en cualquier situación.

1 comentario en «HABITARSE UNO MISMO»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Dime dónde quieres que te envíe la guía

GRATIS

¿En qué puedo ayudarte?

Dime dónde quieres que te envíe la guía

GRATIS

Pendiente de fecha

19:30 a 21:00 Horas (hora de España)

www.pensart.es

Debate sobre "Historia de un Matrimonio"

Introduce tus datos para inscribirte

¿Has olvidado tu regalo?

Con nuestra guía de Técnicas de Relajación aprenderás a relajarte fácilmente en cualquier lugar y situación.