Saltar al contenido

GRIS PRETÉRITO

Vivimos en el gris y vivimos en pretérito. Gris pretérito.

En una sociedad polarizada que se mueve entre el blanco y el negro, llevamos muchos días grises.

Cuando nos vamos a ese pasado, la melancolía, la tristeza, la añoranza, se apodera de nosotros.

Si intentamos ponerle color a cómo nos sentimos, salimos un rato del negro y ponemos ese gris, gris pretérito.

¡Y hay tantos colores que poner a los momentos, a las sensaciones, a los sonidos, a las palabras, al aburrimiento, a la alegría, a todo!

Nos manejamos en la incertidumbre y pérdida de control, yendo demasiado a épocas lejanas lo que nos causa esa tristeza y también a futuro, lo que nos provoca más miedo, cuadros ansioso depresivos anticipatorios, frustración…

El presente es el único lugar dónde podemos salir del gris pretérito, del blanco o del negro.

Si al levantarme me pregunto “¿qué puedo hacer hoy para estar mejor y qué tú también lo estés?” y busco alternativas realistas, seguramente encontraré algo que pueda dar y darme que te ayude y me ayude a sentirme bien.

Sin embargo, si al empezar al día mi discurso empieza así: “otro día igual que ayer, sin futuro, sin saber, sin luz, sin poder salir”, me predispongo para no remontar.

Responsabilizarme de mis grises me hace una persona más resiliente. Culpabilizarme me hace una persona bloqueada y anudada a la no acción.

Siempre podemos hacer algo, siempre, siempre. Cambiar de color igual que cambias de canal, ¿o no?

Hoy por ejemplo decido visibilizar uno de los logros. Me tomo unos minutos para redactarlo y escribo algo parecido a esto: “He conseguido levantarme cuando ha sonado el despertador sin retrasarlo ni una sola vez”.

Puede parecer algo pequeño, insípido y bobalicón pero no lo es. Es una victoria. No todos pasan por coronar ocho miles.

Y levantarse a la primera ya empieza a ser deporte de riesgo, no apto para todos.

Salgo de los tengo que. Tengo que hacer esto, tengo que salir a correr, tengo que comer sano y lo cambio por “voy a”.

Me pongo un objetivo para mañana. “Voy a pasear quince minutos”.

Por último, voy a anotar en mi cuaderno de gratitud, cosas que me han pasado hoy, ayer o hace un mes por las que me siento agradecida.

Estos tres pequeños pasos son grandes, enormes, útiles y eficaces. Salir del gris pretérito tiene ventanas que tenemos que atrevernos a abrir.

Y sí, cuesta, mucho, pero entre que me lo pienso y lo hago o no lo hago ya estoy escribiendo, visualizando logros, marcando pequeñas metas.

Si esperamos a estar siempre motivados para hacer lo que tenemos que hacer…

Porque hacemos muchas cosas porque hay que hacerlas y este planteamiento debería ayudarte cuando te abandonas, cuando tu sensación de día de la marmota se apodera de ti.

Mi madre no dejó de hacernos la comida un solo día, aunque no lo apeteciera porque digo yo que muchos días no tendría ni puñeteras ganas, pero lo hacía.

Llegábamos del colegio o del instituto o de los primeros trabajos y ahí estaba la mesa puesta.

No podemos depender sólo de la motivación, hay que volver a conectar con el compromiso, con la responsabilidad, con los valores y propósitos.

Cuestiona también tus pasos cuando lleves unos días dándolos sin esperar resultados.

Explora qué pasa cuando te fijas en lo que ya tienes y no en lo que te falta. Observa cómo te sientes, sin más.

Vente al presente cada vez que piensas cómo será el resto del año, cómo te sentará la vacuna, cuándo te la pondrán, qué pasará con la hipoteca, con el futuro de los hijos, con el uso y abuso de las pantallas teletrabajando…

Si te vas a pasado a menudo, intenta buscar esas victorias conseguidas (todos hemos logrado cosas a lo largo de nuestras vidas sin subir a un pódium) en vez de añorar el antes del coronavirus o lo que sea que echas de menos.

Estamos cansados, hartos, hasta el infinito y más allá, castrados, sin mucha libertad para planear viajes ni casi nada.

Cansados de reajustarnos, recolocarnos y regularnos.

Ahítos y ahítas no precisamente de comida sino del esfuerzo diario por sujetarnos, mantenernos, contenernos y seguir.

Dedica unos minutos al día a cuidarte, a escucharte, a darte aquello que necesitas.

Pasamos del derrumbamiento fálico al pico de energía, del cansancio al vamossssss que tú puedes.

Salir del gris pretérito no es fácil así es que para, medita, haz ejercicio, come bien y alíate con tu cerebro para que no te lleve todo el tiempo a la melancolía, a la apatía ni al futuro.

Presente, sea del color que sea.

Pasado, poquito.

Futuro, no mucho rato.

Invierte en ti, escoge otros colores, mira al cielo, quítate lastre, aprende a decir no y vuelve a conectar contigo, te necesitas más que nunca.

No te dejes para luego.

LLÉVATE GRATIS LA GUÍA DE TÉCNICAS DE RELAJACIÓN

¡SUSCRÍBETE!

Aprende a relajarte con 6 sencillas técnicas. Maneja la ansiedad, el estrés y el nerviosismo en cualquier situación.

2 comentarios en «GRIS PRETÉRITO»

  1. Es un gran post y sobretodo una gran apuesta….
    Yo que soy mucho de cuadernos y listas… Me han encantado las sugerencias. Gracias Yolanda… Te comparto en el Facebook 😘

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Dime dónde quieres que te envíe la guía

GRATIS

¿En qué puedo ayudarte?

Dime dónde quieres que te envíe la guía

GRATIS

Pendiente de fecha

19:30 a 21:00 Horas (hora de España)

www.pensart.es

Debate sobre "Historia de un Matrimonio"

Introduce tus datos para inscribirte

¿Has olvidado tu regalo?

Con nuestra guía de Técnicas de Relajación aprenderás a relajarte fácilmente en cualquier lugar y situación.