Silencio. Otros. Silencio. Otros. Silencio. Otros. Silencio, sí, de otros.
Me gusta acudir a la RAE, a la Fundéu para comprobar el significado de la palabra silencio, para saber si le damos un buen uso al idioma, para saber si creamos realidades a partir de las palabras.
La falta de ruido, la abstención de hablar, la pasividad de la Administración ante una petición o recurso a la que la ley da un significado estimatorio o desestimatorio.
Y con tantas palabras, víctimas que buscan justicia desde hace muchos años, personas con duelos abiertos, personas marcadas y maltratadas.
El Silencio de Otros, es también el nuestro.
No es nuevo este documental pero Netflix lo ha estrenado hace unos días en su plataforma. Es una de esas películas documentales que todos deberíamos ver, sin excepciones.
Ha ganado varios premios y es un documental que no te puede dejar indiferente.
Trata de una forma elegante, privada, intimista, cuidadosa, impecable, la lucha silenciada de las víctimas del régimen franquista.
No voy a entrar en el final efectista con pañuelo en mano, ya os aviso, ni en si hay que ceñirse más a la realidad. Me quedo con el olvido, con la realidad de vivir con el desconsuelo de no saber.
Asimismo, vivir con la pena, marca, deja huella y queda patente en el documental.
Y tampoco voy a hablar de colores ni de bandos, sólo de dolor, de pérdida, de heridas abiertas.
Con la Covid-19 hemos asistido horrorizados a la imposibilidad de despedirnos de nuestros seres queridos. Ni verlos siquiera. Ni acompañarles. Ni sostenerles la mano. Ni…
Otra vez el no saber. Otra vez la incertidumbre. Otra vez la insoportable espera.
La soledad y el silencio de otros. La sensación de injusticia, de indefensión, de atropello.
Vivir sin saber dónde están los restos de tu padre o de tu abuelo o de…
Vivir sin comprender por qué robaron a tu hijo, a tu hija.
Vivir sin poder despedirte de alguien importante para ti.
Vivir en el olvido administrativo.
Vivir con una herida abierta por decisión de otros.
Vivir revindicando dignidad transformada en justicia.
Buscar fuera para intentar consolarte dentro.
Y seguir, seguir y seguir.
Como puedas, como sepas, investigando, sosteniéndo-T, continuando.
Doble dolor. Silencio. Otros. No tiene que ver conmigo. Silencio. Menos mal que no estoy ahí. Silencio. Olvido. Dolor.
No entiendo a qué tanto ruido. Memoria. Nadie de mis familiares han sido víctimas del franquismo. Suertudxs. Dolor. Silencio.
Cuantas palabras para crear una única realidad que aún no ha sido resuelta.
Y qué ajena nos resulta cuando no nos afecta.
Lo que les pasa a los otros, también nos pasa a nosotrxs. Los que hoy están en el bando de los afortunadxs, mañana pueden estar en el otro lado.
Crímenes, vejaciones, abusos, muerte, robos y el insufrible olvido.
Los duelos son procesos feos, que hacen padecer a las personas. Todxs vamos a sufrir pérdidas a lo largo de la vida.
De los duelos, hablaremos en otros artículos, con más profundidad, deteniéndonos en el proceso biopsicosocial que conllevan.
No hay que tener miedo de mirar al pasado. Venimos de ahí.
Esta vez sí es tiempo sufrido, no resuelto.
Por último, cuando veas este documental te invito a reflexionar sobre el dolor y el sufrimiento.
Dolor inherente al ser humano, sufrimiento añadido que se puede evitar en muchas ocasiones.
Te morderá el alma.
Silencio.
Otros.
Un documental necesario. Gracias por tu comentario. ¡Feliz semana! Un cordial saludo.