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AFRONTAMIENTO DE EMOCIONES

En un artículo anterior hablamos de la diferencia entre sensaciones, emociones y sentimientos.

Antes de continuar las definiremos brevemente

Sensaciones

Las sensaciones son impresiones producidas en las personas por un estímulo exterior o interior. Es algo corporal que se conecta con lo emocional.

Emociones

Cuando hablamos de emociones nos estamos refiriendo a la respuesta que aparece después de la percepción de una sensación. En la aparición de la emoción no interviene la parte racional. Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente. Si nos encontramos de repente con una situación que sentimos como peligrosa, automáticamente sentimos miedo. Las emociones son prelógicas, y de duración corta. Las emociones básicas están presentes en todas las culturas y en todo ser humano.  Reaccionamos emocionalmente de la misma manera ante estímulos parecidos.

Sentimientos

Los sentimientos, son la evaluación consciente que hacemos de la percepción de una respuesta emocional.  Los pensamientos que se relacionan con la emoción llegan después de que ésta haya comenzado.

Resumiendo, primero tomamos consciencia de las sensaciones de nuestro cuerpo ante un estímulo. Ante este estímulo reaccionamos con una emoción que después se convierte en sentimiento al hacerle consciente y dotarle de un significado personal.

Pongamos un ejemplo: recibo una buena noticia. La emoción nace de manera espontánea como consecuencia del estímulo (noticia), que conlleva una valoración automática agradable de ese estímulo (emoción), al que le añadiremos contenido subjetivo (sentimiento).

Por ello, para tratar eficazmente una emoción hace falta saber como surge y por qué, y como se controla Para cada una de las emociones, debemos ser conscientes de cómo los significados personales conforman la manera en que nos sentimos. Si queremos abordar eficazmente una emoción no basta con tranquilizarnos diciendo que no pasa nada y que todo se va a solucionar sin más. Si comprendemos los significados personales que subyacen en nuestras emociones podremos aceptar mejor esas emociones en nosotros mismos y controlarlas para que no interfieran en nuestras vidas negativamente.

GESTIÓN DE EMOCIONES

Estrategias básicas:

  • Afrontamiento de las propias emociones. Son estrategias interiores para controlar las emociones. Consiste fundamentalmente en lo que nos decimos a nosotros mismos en un intento de llevar a cabo ese control.

Las emociones se ponen en marcha no sólo por la situación provocadora, sino también por la disposición a interpretar las situaciones de un modo particular, de hecho, según las creencias que tengamos, viviremos las emociones de una manera u otra. Por eso es importante afrontarlas de forma positiva.

 Si mantenemos una visión positiva y realista, incluso aunque las circunstancias sean adversas, estaremos en mejores condiciones para enfrentar las cosas.

El afrontamiento de las propias emociones implica también cambiar el significado de lo ocurrido volviéndolo a evaluar de una manera más serena y menos amenazadora. Pero esta revaluación  tiene que tener una base real. Por ejemplo, si nos da miedo nadar, no podemos revaluar diciéndonos que adelante que si podemos y tirarnos al agua. Pasaría por revisar nuestros sentimientos de incapacidad para  nadar, aumentando nuestra seguridad en la capacidad de aprender. Se debe revaluar las posibilidades que esa persona tiene para poder aprender, basándose en el incremento de la seguridad en sus posibilidades, y, por tanto, en el aumento de su autoestima.

Debemos cambiar nuestra manera de pensar acerca de lo que está ocurriendo, pasando de una valoración negativa a otra más serena y positiva. Para comprender mejor nuestras emociones es bueno hablar de ellas con alguien de confianza, es importante reconocer que están y hacer un esfuerzo para evaluar lo que está pasando. En estas conversaciones los pensamientos destructivos sobre lo ocurrido pueden ser sustituidos por otros más constructivos.

Debemos intentar no pensar  constantemente en aquello que nos preocupa en momentos en los que necesitamos concentrarnos para que no interfiera en nuestras actividades (puede ayudar las técnicas de relajación y meditación), o cuando estamos tan obsesionados que no podemos ni pensar ni hacer otra cosa. Pero la evitación no tiene que ser constante porque impediría entender lo que nos pasa y dificultaría su resolución.

  • Resolución de problemas. Es la articulación de acciones para cambiar una  situación conflictiva. Hay que comprobar las cosas para ver qué es lo que está ocurriendo, cual es el problema y que se puede hacer con él. Implica la búsqueda de alternativas diferentes y creativas para dar nuevas respuestas más eficaces a las situaciones conflictivas

Para concluir recordemos que es importante tener en cuenta:

  1. La necesidad de reconocer el sentimiento. Es importante que nos enfrentemos a la situación, la observemos, aprendamos de ella  para poder abordarla de manera constructiva.
  2. La necesidad de ser flexibles y si necesitamos ayuda pedirla.
  3. No somos responsables de lo que sentimos, pero si lo somos de lo que hacemos, por ello es importante saber cómo afrontar y gestionar bien nuestras emociones.

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