Reviso, miro, leo, observo… ¿dónde están los deseos?, ¿dónde los miedos? …Deseos grandes, exigentes… aparece el miedo…a no poder, a no llegar….se unen los dos y llega el silencio y con él, el espacio en blanco.
Tantas veces lo temores nos paralizan, que el deseo poco a poco se va quedando afónico. No dejéis que eso ocurra, dadles voz, que griten… que griten también los miedos…
Oigámoslos, acompañémoslos en una sinfonía de voces deseantes y temerosas y que los espacios en blanco se llenen de notas, como un pentagrama en donde escribamos junt@s las melodías de esa sinfonía.
Sinfonía que suene, se expanda, nos llene y que con efecto multiplicador nos enriquezca, nos dote de herramientas que nos permitan calmar miedos y bailar con las notas vibrantes del deseo.